Las vidas de dos vibrantes e intensas mujeres se cruzan en una circunstancia determinada de la vida.
Las dos se relatan sus historias. Ellas son muy diferentes, pero comparten iniciales (M. M.): Maruja Mallo y Marina Méndez. Una es una anciana inválida atada a una cama tras una vida de intensa libertad; la otra, una joven con una existencia cruda y cruel.
Maruja le relata su extensa y talentosa carrera que corre a lo largo de todo el siglo veinte entre las dos grandes movidas madrileñas: la de los años veinte y la de los años ochenta. Marina, por su parte, le cuenta su cruel periplo vital desde los ocho años hasta su encuentro con la anciana. Maruja nos hace viajar por las corrientes pictóricas y poéticas españolas a lo largo de casi cien años y Marina se convierte en la voz de cientos de mujeres que sufrieron el acoso moral de una institución que desapareció ya bien entrada la democracia: El Patronato de la Mujer.
El autor, avalado por sus conocimientos de arte y en un ingenioso ejercicio de imaginación, busca además situar a Maruja Mallo en el lugar que siempre debió ocupar en la historia y reivindicarla como el cuarto vértice del genial polígono que formó junto a Lorca, Buñuel y Dalí.