Tiffany tenía que cuidar de su abuela. UNA VEZ. Y justo HOY a la abuela le dio por cargarse internet. todo internet. En todo el mundo. ¡Os imagináis el desastre!
Sin internet nada es igual: Max no puede jugar con su móvil, Luisa no puede escuchar música y el abuelo no puede ver su programa favorito. Incluso mamá y papá vuelven pronto a casa porque no pueden trabajar. Nadie sabe qué hacer sin internet.
Sin embargo, el día de desconexión los sorprende. Se lo pasan de lo más divertido ¡a pesar de que no funciona internet! ¿O quizá sea precisamente por eso?
Un libro para entrenar el músculo de la risa y la reflexión de toda la familia sobre lo que ahora vivimos : la omnipresencia de internet, las relaciones humanas distantes, el azar
y a la vez el aprecio de todo aquello que hace la vida valiosa.