Todo comenzó en 1954, cuando Washington decidió derrocar al primer presidente de Guatemala elegido democráticamente, Jacobo Arbenz. Pero fue durante la agresión a la naciente revolución cubana que el equipo de choque tomó cuerpo y creció hasta convertirse en el instrumento idóneo para las prácticas de la "guerra sucia". Desde entonces, sus acciones clandestinas, de naturaleza criminal, han servido para imponer la ley de Washington en múltiples ocasiones.
El "Equipo de Choque" fue pues creado para realizar las peores tareas de la política exterior estadounidense. Pero no sólo lo formaron paramilitares, o agentes con licencia para matar. Las operaciones clandestinas fueron preparadas por personalidades relevantes, por políticos, algunos de los cuales siguen hoy en activo.
Si los gobiernos republicanos se destacaron por impulsar y utilizar el equipo, el clan de los Bush ha sobresalido por brindar protección incluso a los más sangrientos de ellos, concediéndoles impunidad al margen de las propias leyes estadounidenses.