Un hallazgo puede cambiar nuestra existencia y, a veces, hasta el sentido de nuestra vida. Fermín Bustarga encuentra, entre los legajos del Archivo Municipal donde trabaja, un mensaje que surge en el tiempo como la botella que arriba a la playa. El hallazgo será el acicate de una larga y comprometida indagación llena de encuentros y descubrimientos, donde poco a poco Fermín se verá prisionero de la red que tanto tiene que ver con sus propias quimeras y ensoñaciones. De lo real y cotidiano a lo extraordinario y extravagante, hay un camino que se pierde por los territorios más secretos y alucinados de la ciudad donde Fermín vive: como si al otro lado de los paisajes convencionales latiese un universo desquiciado, lleno de desmedidas pasiones, plagado de aventuras y misterios. El delirio de la creación artística, la imaginación devastadora, lo real como limitación y cárcel de nuestro cuerpo y nuestro espíritu, la ansiedad y el desafuero de los vividores, el sentimiento del fracaso, son pautas de reflexión y advertencia en el destino de Fermín Bustarga, que se mira en el espejo turbio de sus emociones. Con explícito enclave en la herencia de la tradición expresionista, donde Luis Mateo Díez tiene orientadas sus opciones estéticas, El expediente del náufrago es una de sus fábulas más personales. Personajes y atmósferas confluyen con inusitada intensidad en una invención tan humorística como patética.