Davide, Valerio y Anela han nacido en Fabricco y empiezan a construir sus vidas como adultos. Valerio ha decidido marcharse, pero un motivo poderoso lo hará volver y construir una vida que, sorprendentemente, acaba siendo más convencional y feliz de lo que hubiera podido imaginarse.
Con una seductora capacidad psicológica, el autor construye una estructura narrativa poliédrica que le permite observar el efecto que produce el paso de los años de unos personajes que bregan por convertir su existencia discreta y rutinaria en una ciudad pequeña en una experiencia vital luminosa. Con una enorme sensibilidad y sinceridad, Roberto Camurri disecciona el alma de los personajes, mostrando su perplejidad y dolor para extraer un poderoso canto a la vida.
El hombre al que amamos describe con minuciosidad y ternura la vida de unos personajes que, pese a su cotidianidad, no se resignan a considerarla preciosa.