Hay una isla cerca del continente que tiene unas normas propias, donde el viento y el mar cambian a las personas. La isla está llena de gatos, domesticados, comodones, callejeros, que se pasean a ratos en casa de uno, a ratos en casa de otro. Un día de pronto desaparecen todos los gatos y lo que piden el continente pide a cambio de que vuelvan amenaza la forma de vida de toda la comunidad. La autora nos ofrece un texto elegante, rebelde y osado que nos alerta de la fragilidad de nuestras libertades y nos invita a pensar cómo se manipula el lenguaje para cambiar las ideas. Este libro ha sido un éxito en Francia con el apoyo de los libreros, que lo celebraron desde la primera lectura.