Un hombre casi analfabeto que durante seis meses llevó a Levi un plato de sopa cada día para ayudarle a compensar su desnutrición en el Lager. Arriesgando su vida para permitirle comunicarse con su familia. La suya fue una amistad extraordinaria que sobrevivió a la guerra hasta la muerte de Lorenzo en 1952. Este libro es la biografía de una de una de esas personas que viven sin dejar huella, pero que son la verdadera piedra angular de la humanidad.