Nuestro protagonista, un pícaro al más puro estilo de nuestro país, es el menor de una familia numerosa y acomodada de la España rural del pasado. Criado de forma ciertamente peculiar deberá abandonar la protección de su casa y pueblo natal para labrar su propia vida y tratar de buscar fortuna. Esta búsqueda le llevará de ser estudiante a desempeñar las más divertidas y diferentes profesiones, tratando de subir en el escalafón social.
Desde su juventud, Julián aprenderá a capear los amargos episodios de la vida con grandes dosis de comicidad, ironía y sátira. Dotado de una capacidad de persuasión innata como mejor arma, se verá rodeado de personajes de toda índole y condición con los que irá avanzando por estos caminos de Dios. Conocerá
a curas, doncellas, odiosos comerciantes, jueces, nobles y hasta un pobre loco que marcaran cada uno de los momentos de su vida. Personaje de grandes contradicciones, pero en el fondo de buen corazón, Julián hará partícipe al lector en primera persona de cada capítulo de su vida, de muchas anécdotas y mantendrá su atención hasta el ¿nal?
Asistimos pues a la lectura de una novela que sigue la tradición de la novela picaresca española retratando la condición humana, siempre desde un lado amable. Aquellos que se acerquen a sus líneas hallarán en ellas un guiño a la vida rural de antaño pero también un libro que les dibujará una continua sonrisa.