Rosalía de Castro permanecerá como una figura ligada indeleblemente al renacimiento literario gallego, capaz de alumbrar una narrativa que en el marco del Romanticismo abordaba temas sociales con gran profundidad psicológica, simbolismo y melancolía. Publicada en 1881, El primer loco se mueve entre la superstición y la leyenda, enriquecida por una atmósfera lóbrega y espectral donde la naturaleza es predominante. Ambientada en la antigua aldea gallega de Conxo, se desarrolla la obra como un diálogo entre Luis y su amigo Pedro, a quien este primero confía su tormento: un amor obsesivo hacia la joven Berenice que lo lleva a enloquecer. Con un final sorpresivo, se percibe en esta novela el influjo de la angustia existencial que se apoderó de la vida de su autora, además de su preocupación feminista por la condición de la mujer como objeto de deseo masculino, fruto de la definida conciencia social que atesoraba.