Considerado durante décadas como el libro de cabecera que ha de conocer al detalle quien quiera iniciarse en el estudio de la ontología aristotélica, pero también como el comentario con el que han de batirse cualesquiera interpretaciones de la filosofía de Aristóteles -desarmadas las más de las veces ante el implacable rigor y perspicacia interpretativa de la obra de Aubenque-, El problema del ser en Aristóteles no ha perdido actualidad desde su temprana publicación primera; y no ha perdido actualidad porque no cabe prever -salvo acaso entre ingenuos e iluminados- que las aporías a que se enfrenta la ciencia del ser en cuanto ser, expuestas por Aubenque en su problematicidad misma, sin concesiones al consuelo, encuentren pronta resolución, de tan hendidas como están por la fractura del ser en nuestro lenguaje, infinito conato de una mediación siempre por hallar.