¡El holocausto informativo ha caído sobre el planeta! Ijon Tichy seacurruca delante de una cueva de la que le ha expulsado un gorila,mientras graba sus memorias en tablillas de arcilla, como hacían losbabilonios. Su colega, el profesor Affidavit Donda, ha hecho undescubrimiento asombroso: ¡la información almacenada en lascomputadoras tiene un peso medible! Todos los ordenadores del mundo se han destruido a sí mismos y ello ha provocado la desaparición de latotalidad de los bancos de datos informatizados que hay en la Tierra.Aunque esto ha causado el colapso del Primer Mundo, ha supuesto unenorme alivio para el Tercero. No solo las armas modernas se hanquedado obsoletas, sino que el sistema monetario mundial también hasido abolido de un plumazo, lo que ha obligado a la humanidad aregresar a una suerte de paraíso perdido (que de paradisiaco tiene más bien poco).