«El rey leproso no pretende ser una novela histórica. Lo único que pretende, salvando las abismales distancias, es convertirse en un relato al estilo de Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo, con los que la genialidad de Alejandro Dumas cautivaba a sus lectores aprovechando las lagunas de información que suelen rodear a ciertos hechos históricos a base de dar vida a unos personajes a caballo entre la realidad y la ficción, y que en ocasiones acababan por ser tan de carne y hueso como aquellos que se han convertido en polvo siglos atrás.
DArtagnan o Edmundo Dantès están más vivos hoy en día que la mayoría de los reyes y reinas de su tiempo. Mi intención ha sido recrear libremente la casi increíble historia de un rey de carne y hueso que fue amado por su pueblo como nunca ha sido amado ningún otro.»
Alberto Vázquez-Figueroa