Prosigue la heptalogía de Las siete bestias abordando uno de los conceptos clave en la existencia de todo ser vivo: el del sexo. Si ya en el ámbito de la biología, la dialéctica entre los sexos pone en marcha el propio devenir, en el estrictamente humano asume, además, una relevancia social, cultural y antropológica que permea todos y cada uno de los aspectos de la cotidianidad individual. Así, frente a las tesis más recientes, que abjuran de la importancia de las diferencias entre los sexos, este ensayo las erige a eje primordial en torno al cual giran los gozos y las cuitas de la humanidad.