EMC, poeta neurótico con una vida sentimental desastrosa, escucha impasible a través del tabique cómo su vecino agoniza. Este hecho desencadenará una serie de acontecimientos y revelaciones que le conducirán, en un azaroso viaje iniciático, en busca de la palabra capaz de demoler el universo; trasunto de un viaje introspectivo hacia los límites de la conciencia. El tiempo imaginario es una novela sobre la soledad, la ansiedad y la masturbación, que puede leerse como una delirante parodia del género de espionaje. Una historia narrada por un loco, llena de ruido y furia y un sentido del humor apocalíptico. Una fábula metaficcional sobre los límites de la realidad y una metáfora de nuestro tiempo y de la búsqueda desesperada de un elemento estable capaz de apuntalar una realidad, la nuestra, que se desmorona a cada instante y por cuya brecha asoman los rostros del horror y el absurdo.
El libro está ilustrado por el pintor aragonés Norberto Fuentes.