En Ciudad de México roban un cuadro atribuido a Frida Kahlo. Cuando la detective Daniela Ackerman viaja desde España para encontrarlo se tropieza con algo sorprendente: el lienzo oculta el último mensaje cifrado de la pintora mexicana referente a su intenso romance con León Trotsky, el hombre que hizo triunfar una revolución.
Mientras Daniela Ackerman sigue el rastro del cuadro, en una antigua refinería de las afueras aparecen los cuerpos mutilados de varias bailarinas con la imagen de la Santa Muerte tatuada en el pecho izquierdo. Al mismo tiempo son atacados los altares de esa secta religiosa rival del Vaticano. El autor de los ataques simplemente deja una nota: " en nombre de Dios "