En 1980 el joven Leonardo Padura ingresó a la redacción de El Caimán Barbudo, la publicación cultural de los jóvenes creadores cubanos. Allí, junto a un grupo de colegas, iniciaron una renovación de la publicación que terminó en la expulsión de la revista. El destino siguiente fue Juventud Rebelde, donde se lo debía reencau sar ideológicamente después de bajarle los humos intelectualoides. Pero la lógica del proceso de reeducación falló en un mecanismo no previsto y la dirección del periódico lo convocó a una misión "histórica": hacer atractivo el diario. A lo largo de los textos que aquí presentamos, el autor de la saga policial protagonizada por Mario Conde y de El hombre que amaba a los perros pone en tensión la relación entre periodismo, literatura y política. Padura nos revela una historia cultural y nacional más allá de los límites temporales del proceso revolucionario, nos muestra los caminos por los que realizó su viaje más largo y nos lega una magistral lección de periodismo.