Este libro empieza lanzando la pregunta de la necesidad de añadir otro libro a la lista de los títulos sobre tanatología. Y el autor se responde: pues para introducir el tema de la espiritualidad y las creencias religiosas en este contexto -más allá del estudio de la supervivencia de la consciencia, o la descripción de los estados intermedios del bardo. Ciertamente vivimos en un mundo en el que los médicos han reemplazado a los sacerdotes en la función espiritual, y es habitual que los últimos rituales, las creencias y las costumbres asociadas a las momentos póstumos, se pierdan y se descuiden. He aquí, pues, el grano de arena aportado por este libro, que insiste en la importancia de prestar atención sobre a la última etapa de la vida, sobre nuestra actitud, nuestras convicciones, la serenidad, las dudas, el acompañamiento, la relevancia de tener una visión madura sobre este proceso -que tiene tanta importancia como cualquier otra parte de la existencia, o quizás más.