La diferencia entre el ser humano y el reino animal es que aquél puede expresar y plasmar emociones profundas mediante la palabra, aportando así energía civilizadora. Una vez más, Esperanza García Mancheño nos sorprende con una obra, en la que sus poemas están llenos de pasión y buen gusto, además de bien dispuestos, creando así, en su conjunto, una composición melodiosa y armónica que al leerla nos transporta a un dulce bienestar.