Jerónimo Gracián de la Madre de Dios (el Maestro Gracián, como ha pasado a la historia) es uno de los más grandes representantes de la espiritualidad del siglo XVI y principios del XVII. Según Menéndez y Pelayo, "los escritos del Padre Gracián como obra ascética y mística ha de ser digna de figurar al lado de las de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús, en cuya escuela es él uno de los primeros y mejores maestros".
Gracián nació en Valladolid en 1545. Después de ordenarse sacerdote, se hizo religioso carmelita. Su primer encuentro con santa Teresa ocurrió en 1575, originándose desde ese mismo día una sólida y extraordinaria amistad entre ambos. Teresa no tardó en tomarlo como director espiritual y asociarlo a su obra reformadora del Carmelo; compromiso que el aceptó entusiasmado dedicándose en cuerpo y alma a su consolidación y expansión. Fue su primer provincial.
En 1592 será expulsado injustamente de la Orden; y, apresado por lo turcos, vivirá esclavo cerca de dos años en Berbería. Terminado el cautiverio, fue rehabilitado por el papa Clemente VIII, reanudando enseguida su ingente apostolado de la palabra y de la pluma. Escribió un centenar de obra, entre opúsculos y grandes libros. Murió en Bruselas en 1614.