Cuando aparece el cadáver del investigador privado Wayne Weston en su casa en lo que parece ser un suicidio, y su mujer y su hija de cinco años desaparecen sin dejar rastro, Lincoln Perry y su compañero son contratados por el padre de Weston para limpiar el nombre de su hijo. Descubrirán rápidamente que el caso tiene raíces más profundas y oscuras de lo que pretende la prensa y el FBI: ciertos rumores de extorsión y de deudas en las apuestas,extraños vínculos profesionales con el magnate de la zona y un grupo de rusos conectados con el crimen. «Michael Koryta hace un debut impresionante.» Midwest Book Review