Que otros se gloríen en lo que han vivido, han viajado, han hecho; que se ufanen por las personalidades que han conocido, con quienes se han codeado; que se complazcan en los amores felices que gozaron o en los infelices que sufrieron. Yo me gloriaré en aquello que aprendí, lo que he aprendido año a año, a veces daño a daño . Ni siquiera me gloriaré por ello; lo declararé con sencillez, desde la alcanzada veteranía no presumiré sabiduría, por si a algún lector cómplice le vale de algo. Con esas intenciones aborda el autor unas memorias que nada tienen de convencionales: memorias de aprendizaje, de lecturas, de lo aprendido en la vida; y en las cuales se borra como personaje para dar paso a libros maestros, a las vicisitudes ideológicas propias y de una entera generación, a voces de alter ego en disidencia, anidadas en alguien resistente a tener o ser un ego