No podía imaginar el investigador del Museo Arqueológico Nacional, Rafael Marín, que tras la inocente sonrisa de Lola, a la que acaba de conocer y a la que le une su pasión por Tartessos, entraría en el turbio mundo del tráfico de piezas arqueológicas.
Tartessos, la Tarshish bíblica; el reino de Gerión, de Gárgoris, de Habis o de Argantonio; aquel remoto lugar hasta el que navegaban las flotas del rey Salomón y las de Hirám, rey de Tiro, en busca del oro, la plata y el estaño; la legendaria civilización perdida, como la Atlántida, como el Jardín de las Hespérides... es el trasfondo de esta trepidante novela en la que Luis Felipe Campuzano consigue que el lector viva en su piel cada escena como si se tratara de uno de los protagonistas.