En el siglo de las grandes guerras y de los totalitarismos han existido individuos singulares que han ofrecido un testimonio vital excepcional. Es el caso de Etty Hillesum. Cuando se leen sus Diarios y Cartas, lo primero que sorprende es la profundidad de su transformación y en circunstancias muy difíciles. Diferentes ensayos han planteado hasta qué punto Hillesum era filósofa o pensadora, estableció una ética para los Lager o estuvo cada vez más penetrada por el budismo y la filosofía oriental. Una de sus influencias más poderosas y presentes en su obra es el poeta R. M. Rilke, que asumió como pocos en el siglo XX la finitud humana y la muerte y, sobre todo la vida en toda su radicalidad y seriedad. Este ensayo, riguroso en su planteamiento, aborda cómo se impregna de sus ideas sobre la vida, Dios, la muerte, la escucha, la soledad y su vocación como escritora y como testigo de su tiempo. Proponemos al final una visión actualizada de su esfuerzo ascético en tiempos de secularización. Confiamos en que este estudio reafirme la valía humana y espiritual de esta mujer.