Pocas tierras tan fértiles como las extremeñas en el apasionante mundo de las leyendas. Y curiosamente tan ignotas, pues las hay a porrillos y ha sido especialmente esforzado el efectuar la selección correspondiente. Extremadura, por su situación fronteriza con Portugal, con al-Andalus y con el reino castellano-leonés, ha dado origen a muchísimas acciones históricas, mitos y fantasías que, transmitidas de generación en generación, en un boca a boca porfiado, han desembocado en el tipo legendario. A ello se une nuestra historia americana, repleta de nombres excelsos de extremeños ilustres, de toda condición e índole, en las tierras del Nuevo Mundo. Las nebulosas de historia y mito sobre Cortés y Pizarro están aquí presentes... Otra condición fructífera, por lo riguroso y extremo del terreno, es su idoneidad para el prodigio y el asombro. En este rastrear de leyendas nos topamos con muchas referidas a las distintas patronas de los pueblos de la región, cuyas apariciones y prodigios están como calcados unos de otros. Me he quedado, pues, con la Virgen de Tentudía, todo un hito en la zona sur de Badajoz y la Virgen Morena de Guadalupe. La presencia del emperador Carlos V, que pasó los últimos días de su existencia en tierras de Cáceres, se refleja en el capítulo titulado Retiro en Yuste, y se añaden, de corte fronterizo las más, las de la bella Leila, el Alcalde de Zalamea, la Princesa encantada, la panoplia de Badajoz de leyenda y La Leonarda, sin olvidar la apasionante historia de la Serrana de la Vera que llevara a las tablas nuestro genial dramaturgo Luis Vélez de Guevara, así como tampoco el trágico destino de Peropalo que cierra el libro entre las delirantes llamas de las hogueras inquisitoriales.