Fausto es sin duda una de las obras fundamentales y más originales de la historia de la literatura. Y quizá su universalidad resida en el hecho de que el lector, cualquier lector, no puede menos que reconocerse en su personaje central, en la parte más negativa, en los defectos o ?pecados? de su protagonista, Fausto: en su desmesura, su soberbia, su egoísmo y su angustia existencial.