Los filósofos siempre han disfrutado haciendo preguntas embarazosas y provocativas, tales como: ¿cuál es la esencia de la realidad? ¿Cómo son realmente los seres humanos? ¿Qué tienen de especial la mente y la conciencia humanas? ¿Somos libres de elegir quiénes somos y lo que hacemos? ¿Podemos demostrar que Dios existe? ¿Podemos estar seguros de algo? ¿Qué es la verdad? ¿Nos proporciona el lenguaje una representación verdadera del mundo? ¿Cómo deberíamos comportarnos los unos con los otros? ¿Piensan los ordenadores?