Caminar por las calles de Florencia es como pasear por un museo al aire libre. Aunque su patrimonio renacentista es incomparable, tras las catedrales, palacios y galerías, se esconde una ciudad en constante transformación, con una escena gastronómica espectacular y una comunidad de artesanos muy inspiradora. A su alrededor la Toscana evoca otro ritmo de vida y complementan con su dolce vita el frenesí que a veces Florencia parece tener.