¿Qué hay más allá de los límites? ¿Qué separa un mundo de otro? ¿Qué los une? Las fronteras han atraído la atención de historiadores y científicos sociales como espacios de conflicto, circulación, intercambio o cooperación. Por su enorme extensión, los mundos ibéricos generaron y construyeron múltiples de estos espacios, y lo hicieron respecto a culturas y a pueblos de muy diverso origen. La singularidad de cada una de sus fronteras obedecía a realidades propias, pero, al mismo tiempo, estas evolucionaban muy condicionadas por los elementos comunes que constituían esos mundos ibéricos.
Por primera vez un volumen enfrenta el conjunto de esos territorios de contacto como una realidad histórica global y no como entes aislados, y lo hace sumando más de treinta textos que permiten comprender ambas realidades, la específica y la genérica, de un mundo que si se definió por oposición a otros, también lo hizo por su influencia mutua. Un mundo en el que las fronteras podían ser muros, pero, desde luego, tenían muchas puertas.