Se han producido cinco acontecimientos que están reclamando adaptaciones del lenguaje oficial. El primero es el reconocimiento del derecho a comprender como un derecho subjetivo y exigible de los ciudadanos. El segundo impone a los poderes públicos y entidades que prestan servicios de interés general la adopción de un lenguaje claro cuando se dirigen a los ciudadanos. El quinto es la aceleración que está cobrando la inteligencia artificial.