La novela, descarnada en algunos de sus episodios y apasionante siempre, engancha desde sus primeras líneas. El autor consigue hilvanar de forma magistral naturaleza, violencia, sexo, caza y humanidad, hasta conseguir que el lector vibre con las peripecias y zozobras de una peligrosa actividad que está desangrando los montes y cotos españoles.
El furtivismo de actual está muy lejos de ese
furtivismo de antaño que se practicaba por necesidad y que adquiría tintes
heroicos en nuestros recuerdos, en la literatura y en el cine. Hoy responde a un
modelo de organización delictiva, que trafica con trofeos y organiza cacerías
clandestinas, con una alta eficacia y una irritante impunidad. Aunque el
fenómeno es de actualidad, no ha recibido la atención debida de los narradores,
a pesar de sus duros perfiles y de su indudable interés humano y sociológico. La
novela, descarnada en algunos de sus episodios y apasionante siempre, engancha
desde sus primeras líneas. El autor consigue hilvanar de forma magistral
naturaleza, violencia, sexo, caza y humanidad, hasta conseguir que el lector
vibre con las peripecias y zozobras de una peligrosa actividad que está
desangrando los montes y cotos españoles.