Los Llorente son propietarios de una funeraria en Zaragoza y parecen heredar algunas fijaciones obsesivas que les impiden sentirse normales. Cuando Tristán, el nieto, se enamore de Gracia, que le recordaba a una bellísima actriz del Hollywood clásico, caerá en la cuenta de que vive rodeado de personas poco convencionales, pero sin ganas de vivir e incapaces de ser felices, y que tal vez él también esté condenado a repetir el mismo destino.