A medidados de la década de 1950 el enfoque psicosocial de los grupos T, orientados hacia las «relaciones humanas» en el campo empresarial o comunitario, dejó lugar a un enfoque clínico centrado en el desarrollo personal. En este cambio de postura influyeron las investigaciones realizadas por Carl Rogers con «grupos intensivos». A causa de esta polarización de la tendencia original, en Estados Unidos surgieron centros de desarrollo personal que comenzaron a experimentar en forma independiente con una amplia gama de modalidades, de las cuales la más popular es, tal vez, la de los «grupos de encuentro», conocida también como sensitivity training.
El auge de estos grupos se explica, según Rogers, por el ansia de relaciones reales e íntimas que tiene el hombre contemporáneo, su necesidad de expresar espontánea y libremente sus emociones y probar nuevas formas de conducta. El grupo de encuentro está destinado a ofrecerle esa oportunidad en un clima de aceptación que facilita su crecimiento.