Este libro aborda una cuestión fundamental en la Historia española: su organización territorial, tema de permanente actualidad y motivo de debate ante distintas formas de entender España. Sus páginas recorren desde el modelo de Monarquía de los Reyes Católicos y los Austrias hasta la Segunda República, dedicando especial atención a las reformas de los Borbones que constituyeron un Estado centralizado cuestionado por la alternativa fallida del federalismo durante la Primera República. Pero el principal desafío vendría con el surgimiento de los nacionalismos. Esta situación generaría uno de los focos de tensión más destacados de la crisis del Estado liberal y sería una de las causas del enfrentamiento que desembocaría en la Guerra Civil.