Una novela histórica sobre un fenómeno absolutamente desconocido: la fiebre por el cultivo del cacao en el Caribe. Es un retrato minucioso de Caracas y de sus costas allá por el siglo XVII. Un mundo de una violencia incesante, avivada no sólo por la súbita expansión del cultivo de los cacaotales, sino por las feroces incursiones de los corsarios holandeses, aposentados en Curazao.