Narra cómo T. Lobsang Rampa Ilegó finalmente a convertirse en escritor, el mandato y el proceso que le Ilevó a continuar la tarea que iniciara con El tercer ojo y El médico de Lhasa. En 1960, los sabios de su país -Los Lamas Telépatas, los Clarividentes y los Sabios de la Gran Memoria- dejaron oír de nuevo su voz: Rampa debía proseguir la narración de su historia, incidiendo esta vez, para conocimiento de los occidentales, en la posibilidad de que un yo abandone voluntariamente un cuerpo y ocupe otro. De este modo, Rampa cuenta su viaje de China a Europa al final de la segunda guerra mundial, cómo Ilegó a ser prisionero de los chinos, de los japoneses y de los rusos. En Hiroshima asistió a los efectos devastadores de la primera bomba atómica. Después fue a Estados Unidos y otra vez regresó a Inglaterra, desempeñando los más diversos oficios, y aquí radica la esencia de su revelación, habitando diferentes cuerpos