Con el hallazgo del acicalado y bellísimo cadáver de Sofía Esteiro y un "atentado aéreo" contra la hija del delegado del Gobierno de Galicia arranca esta novela en la que el comisario Andrés Salorio, que se las pintaba muy felices en sus últimos años antes de jubilarse, tendrá que enfrentarse tanto a un enigmático caso de homicidio como a las trapacerías de su familia más cercana y de sus colaboradores. Por no hablar siquiera de sus conflictos con los poderes establecidos, que pueden desembocar en un violento choque con el delegado del Gobierno y en un tremendo topetazo con la Iglesia.
En una obra que retrata de un modo exquisito y muy eficaz las relaciones que se establecen en una pequeña cudad, Alfredo Conde construye una ingeniosa y divertidísima novela, llena de las más desconcertantes pistas falsas y en la que, por los caminos más insospechados, conduce al lector hasta el mismísimo sepulcro del apóstol Santiago, donde le aguardan nuevas sorpresas.