Descrita en su juventud como ômuy cuerdaö, ¿por qué se torcieron las cosas en la existencia de Juana? ¿Fue tan ôhermosoö su marido? ¿Padecía Juana una enfermedad latente que se le aceleró con la distancia con Castilla? ¿Acentuaron los embarazos una dolencia silenciosa hasta entonces? ¿Constituyeron los celos la causa de su patología? ¿Por qué a Isabel la Católica a finales del Medievo se le permitió reinar y a su heredera no, en pleno Renacimiento, con el humanismo como doctrina? ¿Utilizó Juana la enajenación que le achacaban a modo de máscara neuronal? ¿A qué valores se aferraba para mantener la valentía frente a sus captores? Durante casi 50 años Juana, la reina más famosa de España y sin embargo con menos poder, estuvo confinada en el palacio de Tordesillas. Cuando llegó tenía 29 años y murió en aquella clausura a la edad de 75. A excepción de las risas infantiles, a lo largo de toda su vida fue tratada como una marioneta. Ella, que era la princesa más sabia de su tiempoà Sin buscarlo, Juana fue en el tablero un peón movido a su antojo por su padre, Fernando, por su esposo, Felipe, y por su hijo, Carl