«"Kruschev se cabrea" es uno de los libros de historia más entretenidos e interesantes que jamás leerás» (Washington post) En el año 1959 la guerra fría estaba en su apogeo; dos superpotencias tenían la capacidad de destruir el mundo gracias a la bomba atómica, las tensiones estaban a flor de piel, en los colegios estadounidenses se explicaba a los niños cómo actuar ante la posible aniquilación del mundo, las familias construían refugios nucleares bajo el jardín trasero de sus casas, las amenazas diplomáticas estaban a la orden del día; en estas circunstancias sucedió un hecho que pudo cambiarlo todo, Nikita Kruschev quería visitar Estados Unidos para conocer el país que amenazaba con destruir, y, sorprendentemente, el presidente Eisenhower aceptó invitarle; a partir de ese momento empezó lo que puede considerarse el capítulo más cómico e ilustrativo de toda la guerra fría. Diplomáticos, políticos, empresarios, policías, militares, actores, cantantes y, sobre todo, una legión de periodistas empezaron a preparar cada uno de los días en los que el líder soviético recorrería parte de los Estados Unidos.