En los territorios que la Corona española retuvo en Ultramar tras la pérdida de su Imperio continental americano se fundaron tres bancos de emisión. El primero fue el Banco Español-Filipino de Isabel II, en 1851; el segundo, el Banco Español de la Habana, en 1856, y el tercero, el Banco Español de Puerto Rico, en 1888. En este libro se aborda el estudio de estos tres bancos coloniales, todavía poco conocidos. Se trazan sus orígenes, se explica su naturaleza y la finalidad para la cual fueron creados, se examina su evolución y se analiza el comportamiento de sus cuentas, el papel que desempeñaron en las economías de los territorios en los que operaron y sus relaciones con las autoridades metropolitanas. Se narra su historia durante la etapa de soberanía española hasta 1898, sin olvidar las vicisitudes de cada uno de los tres bancos después de que las colonias se desvincularan del dominio español.