En La botánica del deseo Michael Pollan demuestra ingeniosamente cómo entre las personas y las plantas domesticadas se ha establecido una relación recíproca. Pollan enlaza magistralmente cuatro deseos humanos fundamentales ?dulzura, belleza, embriaguez y control? con las plantas que los satisfacen ?la manzana, el tulipán, la marihuana y la patata?. Al relatar la historia de estas cuatro especies tan familiares, Pollan ilustra cómo las plantas han evolucionado para satisfacer los anhelos más básicos de la humanidad. Y si los seres humanos nos hemos beneficiado de las plantas, ellas han sacado al menos el mismo provecho que nosotros de esa asociación. Pero entonces, ¿quién domestica a quién?