La casa de los ladrillos rotos
Novela
Cuatro militares que en 1939 componían el Tribunal Militar de Sabadell fueron inmortalizados en una pintura al óleo que se exhibe en la Sala de Actos del ayuntamiento. Veinte años después, en un acto conmemorativo, un hombre aparece entre el gentío, confundido entre los discursos y lo vítores a la patria. Como uno más, avanza hacia el cuadro, mira en derredor, agacha la cabeza y cierra con fuerza los puños, mientras deletrea con tinta de su alma el nombre de su padre.
Se supo que el recién llegado era Oro Pulido de Ley, hijo de Plata de Ley y de Celso Pulido Antimonio, de quien se dice que militaba en Hombres sin Tierra, una formación que en la más estricta clandestinidad luchaba contra la dictadura. En sus cláusulas secretas, se estipulaba que sus integrantes debían responder a cualquier agravio contra uno de los suyos con la proporcionalidad que aconsejara el delito. Esta fue la misión de Oro Pulido, que tramó la venganza y la forma de ejecutarla, recurriendo para ello a las formas más ingeniosas y a los disfrace