La creatividad tiene que ver con la aparición de algo imprevisto, así que el observador está obligado a aceptar positivamente su ignorancia e igualmente el carácter excesivo de la realidad respecto al orden social instituido. El capitalismo contemporáneo parece tener esto en cuenta, pues ya no solo explota el trabajo y la información o el conocimiento, sino también lo indeterminado, considerado por Anaximandro como el origen de la realidad. Los mitos de muerte y renacimiento e igualmente los ritos de paso permiten tratar con esa nada. Otra vía es el consumo de enteógenos, los cuales, además, permiten transitar de la creatividad a la sabiduría. Es posible embarcarse en ella a través de la autoiniciación, método que está en las antípodas del repertorio de metodologías que utiliza la sociología para medir las propiedades de la acción social.