Amante y enemigo
Nada más ver a aquella belleza en la almena, empuñando una ballesta, Malcolm McNair pensó que había sido embrujado por una reina mágica y poderosa. Pero Rosalind de Beaumont sólo era una mujer aunque, eso sí, toda una dama de carácter dispuesta a cualquier cosa con tal de defender su hogar de la invasión. Rosalind jamás había visto un guerrero como Malcolm McNair, por eso le resultaba tan difícil esconder la atracción que sentía por el fornido escocés. Pero ella era inglesa, por lo que lo máximo que podía esperar de él era una tregua...
La dama sajona
El barón Mathieu Fitz Autier esperaba encontrar alguna resistencia al reclamar la tierra sajona que había ganado en la batalla. Pero nunca habría imaginado que la antigua señora de la mansión tuviera el valor para enfrentarse a él... lanzándole una flecha. Lady Aelia vio cómo se venía abajo cuando los normandos se hicieron con el control de su querido hogar. Pero lo más grave fue que se sintió irremisiblemente atraída por Fitz Autier, su peor enemigo. Y cuando la pasión surgió entre ambos supo que no podía abandonarse a ella porque él debía entregarla a un rey normando...