Los tres tomos de Verdes valles, colinas rojas (2004-2005) constituyen no solo la obra cumbre de Ramiro Pinilla, sino el núcleo creativo hacia donde fluye toda su producción previa y de donde deriva su narrativa posterior. A través de su inmensa capacidad imaginativa, el autor vizcaíno logró dotar de un simbolismo portentoso a imágenes y símbolos que representan valores y carencias esenciales en la evolución de la humanidad. La perspectiva estética de esta obra permite analizar las figuras de la imaginación y la raíz de la narrativa pinillesca a través de un recorrido por el imaginario de las sociedades primitiva, histórica y moderna, lo que hace posible comprender el funcionamiento de las redes de nuestro universo imaginativo.