Lucía, Li y Martina viven un verano interminable, caluroso y aburrido, en el que para colmo los niños de su barrio han formado un club donde solo admiten niños. En respuesta a esta injusticia, ellas montan su propio club solo para niñas. Hasta que llega Fouad, un niño al que le parece mucho más divertido inventar coreografías y pintar con purpurina que pertenecer al otro club. Lo que no sabe es que bajo esa apariencia, Lucía, Li y Martina lo que en realidad están haciendo es investigar el extraño caso de la furgoneta negra que recorre el barrio y secuestra niños (y niñas). Y qué mejor forma de escabullirse que disfrazarse de ninjas para moverse entre las sombras. Al final, juntos se dan cuenta de que da igual ser niño o niña, lo importante es ser un buen amigo y saber divertirse juntos, así que deciden cambiar el nombre al club y hacerlo solo para ninjas.