La hermosa habitación está vacía, segunda parte de la trilogía autobiográfica iniciada con Historia de un chico, sigue a nuestro personaje a lo largo de una nueva etapa de su vida finales de los años cincuenta y década del sesenta en la que emprenderá el camino que lo lleve a dejar de considerar su sexualidad como una enfermedad, digna de culpa y desprecio. Así, entre el fugaz contacto con desconocidos en baños públicos, el descubrimiento de sus nuevos amigos bohemios y la feliz y turbulenta compañía de otros hombres gays que viven su identidad con desenfado, el narrador se abrirá camino hacia una mudanza a Nueva York, donde será testigo y protagonista de una fuerza liberadora, tanto personal como colectiva.