Cuando Dorothy Day falleció en 1980, el New York Times la calificó como «una militante de la no-violencia, radical en lo social, de una luminosa personalidad... fundadora del Movimiento "Catholic Worker", que luchó en primera línea, durante más de cincuenta años, en numerosos combates en favor de la justicia social». Esta notable mujer nos cuenta en primera persona su vida de joven periodista en el crisol del pensamiento político y literario que era el neoyorkino GreenWwich Village de los años veinte, así como su conversión al catolicismo, que significó el final de una vida un tanto bohemia.
La larga soledad es la crónica de la imperecedera asociación de Dorothy Day con Peter Maurin y de la génesis del Movimiento "Catholic Worker". Radicalmente comprometida en favor de la paz, de la no-violencia, de la justicia racial y de la causa de los pobres y los marginados, Dorothy Day sirvió de inspiración a activistas como Thomas Merton, Michael Harrington, Daniel Berrigan, César Chávez y tantos otros.
Esta edición de La larga soledad cuenta con una elocuente introducción de Robert Coles, ganador del Premio Pulitzer y amigo, admirador y biógrafo de Dorothy Day.