Cogió su fusil y aprendió a matar. Creyó ser bueno, recto y virtuoso. Dejó atrás a una muchacha embarazada que le daba más miedo que las balas y en una colina llena de cruces, en un país tan lejano como Vietnam, supo que no era ni bueno ni recto ni virtuoso. Quiso dejar de matar, pero el fusil se le pegó a las manos. Quiso regresar a casa, pero el camino de vuelta estaba marcado por un reguero de cadáveres. Encontró la virtud en el horror, la vida en la muerte, la amistad en la traición, el amor en el odio y la paz en el castigo.
La llaga humana es la historia de un muchacho que se destroza la vida. Es la historia de un joven que se arroja a uno de los episodios más violentos de los últimos tiempos por los motivos equivocados, creyendo que eran los correctos. Es la historia de un hombre derrotado que triunfa y se conoce a sí mismo en el horror.