Guy de Maupassant nunca seleccionó sus cuentos, relatos y novelas cortas ni por tema
ni por género. Como escritor, él siempre se consideró dentro de la corriente del realismo
flaubertiano, aunque sea una realidad descrita como la ilusión que cada uno de nosotros se
hace del mundo. En Maupassant no hay nada sobrenatural, pues lo que sus personajes sienten
es fruto de su imaginación enloquecida, que hace, por ejemplo, caminar a muebles por
sí solos. Los objetos cobran vida propia en la mente, todo se interioriza, hasta el hecho más
leve; se produce así la angustia, primer paso en el disparadero de la locura.
Para esta antología, Mauro Armiño ha espigado, entre sus miles de páginas de cuentos,
una selección de los más característicos entre los que hoy se tienen como relatos fantásticos,
nacidos del reflejo de una sociedad que se sentía enfermiza y en estado de permanente
hiperestesia.