Sergio del Molino nos lleva a un territorio que nos pertenece a todos: la piel. El autor de La España vacía vuelve para hacer que nos miremos como nunca lo habíamos hecho. «Sergio del Molino mira donde nadie mira y por eso ve lo que nadie ve. Y lo cuenta con trazo de escritor grande.»
Iñaki Gabilondo «Tendrá que hacer como yo: mirar a los demás para evitar mirarse a sí mismo.» Los monstruos existen y se pasean entre nosotros, quizá seamos nosotros mismos. Este es el punto de partida de la nueva obra de Sergio del Molino, un viaje que esta vez nos enseña a mirar hacia el territorio más común y a la vez el más individual: la piel humana. Una grave psoriasis, que llena el cuerpo de costras y hace imposible mostrar la desnudez, le sirve al narrador para analizar la vida de diversos personajes conocidos que han sufrido las consecuencias de la mala piel. La vergüenza de sentirse observado y la necesidad de ocultarse, la cultura de la imagen y de la hipermedicalización, el racismo y el clasismo son paradas de este viaje por los secretos que cubrimos con la ropa y que hacen de nuestra piel una frontera con el mundo. La crítica ha dicho...
«Sergio del Molino se deja la piel [...]. El escritor deslumbra con unas memorias propias y ajenas, [...] un libro atípico. No se puede catalogar como unas memorias ni tampoco como un ensayo científico, una novela convencional ni un bestiario. [...] Hiere y hace sonreír. Conmueve y escuece. Sacude y divierte. [...] La mejor virtud del libro consiste en la naturalidad de la narración, la atención que suscitan sus vaivenes, la armonía con que se traslada de la ironía a la sensibilidad, del sarcasmo a la angustia, de la erudición al coloquialismo.»
Rubén Amón, El Confidencial «Sergio del Molino mira donde nadie mira y por eso ve lo que nadie ve. Y lo cuenta con trazo de escritor grande.»
Iñaki Gabilondo «No sabemos cómo clasificar el libro, es un híbrido. Memorias propias y ajenas. Escrito con sentido del humor, dureza, ironía y mucha lucidez, que habla de lo autobiográfico con todo lo que implica mentir sobre uno mismo. [...] Todos los recuerdos son un ejercicio de ficción, así que nunca sabes cuál es la barrera que separa la memoria de la literatura. [...] Sergio ha escrito un libro extraordinario.»
Ahora que el autor no nos oye # La Cultureta (Onda Cero) «Sergio del Molino sabe de lo que habla cuando se detiene en los pormenores de esta maldición cutánea y sabe de lo que escribe cuando juega con los espejos de los monstruos y de la sociedad. [...] Puede que la verdadera memoria se Sergio del Molino se encuentre más en su piel que en sus recuerdos.»
Rubén Amón, La Cultureta (Onda Cero) «La piel es una obra sincera y libre y el relato se construye a partir de su condición de enfermo de psoriasis, arriesgando como una buena persona sin complejos y sin miedo a mostrarse cruel o temeroso en según qué circunstancias. [...] Muchos dermatólogos deberían recetar este libro en lugar de muchas cremas con corticoides. [...] Un libro que me ha emocionado muchísimo, un auténtico disfrute.» Isabel Vázquez, La Cultureta (Onda Cero) «Un libro muy entretenido, lleno de caminos, te sorprende y te deja bien desconcertado, esperando qué te va a contar. [...] Un libro de libros, muy recomendable: me hubiese gustado tanto aunque no fuese de un amigo; de hecho, me hubiese gustado aunque fuese de un enemigo.»
Guillermo Altares, La Cultureta (Onda Cero) «No es una novela estrictamente, te pasea entre sus personajes, entrelazándolo con su vida# Hay pocas personas que hablando de sí mismas no resulten pedantes y desde luego Sergio es el paradigma de cómo se puede hablar de uno mismo sin ser repelente.»
JF León, La Cultureta (Onda Cero) «Sergio del Molino es un escritor excelente, me parece que es uno de los escritores más brillantes de mi generación y que realiza unas indagaciones de una honestidad brutal, con una mezcla de crudeza y de ternura que me interesa mucho.»
Andrés Neuman «Un escritor agudo y agridulce, mordaz y elegante, contemporáneo y abisal.»
Mariano García, Heraldo de Aragón «Excelente prosista, capaz de hacer relevante lo trivial con el solo poder de la palabra exacta y la formulación imaginativa.»
Ricardo Senabre, El Cultural